YO MATARÉ MONSTRUOS POR TI
Si de todos mis delirios y mis cuentos
sólo el tuyo ha mejorado el argumento
¿no serás tú?, ¿no serás tú?
Quizás no importa el tema y eso está de más
Ahora me escondo y te observo y te puedo decir:
Yo mataré monstruos por ti
sólo tienes que avisar
- Love of Lesbian-
Los miedos y temores en los más pequeños son reacciones fisiológicas normales hasta cierta edad, cuya función radica en evitar ciertas situaciones consideradas peligrosas por la propia persona. Todos los niños y niñas manifiestan ciertos temores en mayor o menor medida. El miedo consiste, tal y como hemos expresado, en eludir un peligro potencial, y debemos estar preparados para proporcionar a nuestros hijos/as una respuesta adecuada ante estos temores y no dejar que se conviertan en fobias.
QUÉ NO DEBO HACER ANTE EL MIEDO MANIFESTADO POR MI PEQUEÑO/A:
- No niegues la emoción. El miedo es una emoción al igual que la alegría, y debe ser experimentada, sentida y vivida como tal.
- No le ridiculices ante sus temores.
- No le des largas explicaciones sobre sus miedos infundados… permítele expresar su miedo y tranquilízale con pequeñas palabras. Ofrecer largas explicaciones sobre lo que le asusta no hace más que legitimar sus miedos irreales.
Si tu niña quiere dormir contigo porque dice que hay monstruos en su habitación, no le digas “no tengas miedo”, o “ya eres una niña grande, sólo los bebés tienen miedo”.
Tampoco es adecuado enredarnos en argumentaciones sobre lo infundado de sus temores ante la inexistencia de monstruos, fantasmas o dragones que escupen fuego por la boca. Recuerda: darle largas explicaciones no hace más que legitimar ese miedo infundado.
QUÉ DEBO HACER ANTE EL MIEDO MANIFESTADO POR MI PEQUEÑO/A:
La respuesta experta pasaría por identificar la emoción, comprenderla, empatizar con ella y ofrecer una alternativa a nuestro pequeño/a.
Siguiendo con el ejemplo anterior, si tu niña quiere dormir contigo porque dice que hay monstruos en su habitación, el mensaje debería ser algo parecido a “no es
malo tener miedo, comprendo que lo tengas, mamá y papá también sienten miedo a
veces, pero no tienes de qué preocuparte, no permitiremos que nada malo te
pase”.
Y acto seguido le ofreceremos una alternativa sin ceder a su petición de
abandonar su habitación, como por ejemplo, permanecer unos minutos a su lado en
su habitación, o encender una pequeña luz.
Recuerda la estrategia ICAR que ya presenté cuando os hablaba en un post
anterior sobre las rabietas.
-
Identifica la emoción (“no es malo tener miedo”)
-
Comprensión de la emoción y empatizar con la
emoción (“comprendo que lo tengas,
mamá y papá también sienten miedo a
veces”)
-
Alternativa (“encenderemos esta luz y así no te quedarás a oscuras”, “hoy me
quedaré un ratito contigo leyéndote un cuento”)
-
Reforzar positivamente (premiar, alabar) el
primer acercamiento que muestre hacia una conducta contraria, como querer
dormir solita, en este caso.
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