Recursos para gestionar las rabietas en casa

Siguiendo con el anterior post de “Como gestionar las rabietas” hoy os dejo algunos recursos útiles para trabajar las rabietas en casa. 


Burbujas de autocontrol: 
Hacer burbujas de jabón tranquiliza y fomenta la regulación conductual. ¿¿Cómo?? Pues bien, lo primero que debemos hacer es explicar a los niños que vamos a lanzar burbujas de jabón al aire con el pompero pero que no deben explotarlas, al contrario: deben permanecer quietos, no tocarlas ni intentar explotarlas; las manitas en las rodillas.

Para ellos va a resultar difícil contenerse, así les explicaremos que lo que está sucediendo es que se ESTÁN AUTOCONTROLANDO. 
En resumen: quieren explotar las burbujas con los dedos PERO NO LO HACEN.
Así, extrapolaremos este juego a otras situaciones, recordándoles que cuando tengan un deseo imperioso de gritar, pegar a alguien...deberán recordar las burbujitas, poner sus manitas sobre las rodillas y respirar.

 
Bote de la calma

Ingredientes:
- bote de plástico transparente
- pegamento glitter con purpurina
- purpurina de colores, estrellitas...
- agua templada
- colorante
Vierte agua templada en el bote sin llenarlo del todo. Echa dos cucharadas soperas de pegamento y tres cucharaditas de purpurina y estrellitas. Añade tres gotitas de colorante y agita bien.  
Ya tienes listo tu bote de la calma!! si además pegas en el bote una pegatina del monstruo de colores, te quedará fantástico!

Se trata de una herramienta basada en el método Montessori que ayuda a los pequeños a calmarse en momentos de nervios y enfado. 
Cuando agitamos el bote podemos observar cómo la purpurina se mueve de forma descontrolada, al igual que cuando nos enfadamos o nos sentimos frustrados.
Ellos son como ese bote: la purpurina se mueve a lo loco, como sus pensamientos y emociones, y no pueden pensar con claridad. Pero si respiran profundamente y observan cómo la purpurina va bajando al fondo del bote lentamente, conseguirán relajarse. Concentrarse en mirar cómo cae la purpurina hará que se calmen.
Según algunos estudios, mientras los niños observan la caída de la purpurina, pueden organizar y centralizar el sistema nervioso. Cuando el niño está estresado, su ritmo cardíaco se acelera, al igual que lo hace su respiración, y su mente se bloquea. Al ver la lenta caída del brillo, genera un modelo visual que inconscientemente envía una señal al cerebro para disminuir el estrés y ansiedad.


Tablero de la ira:
Se trata de pegar una foto con la carita de tu hijo/a enfadado/a y aquellas actividades que le hagan volver a la calma (dibujar, escuchar música, pasear, usar la pelota antiestrés...)

 

Técnica del semáforo:
IDEAL para todas las edades.

Muy útil también es el cuaderno del semáforo: que aprendan desde los primeros cursos de Primaria a AUTOEVALUAR su comportamiento: dotarles de un cuaderno con los colores del semáforo en sus hojas, para que cada noche, antes de meterse en la cama, puedan autoevaluar cómo les ha ido el día. ¿He tenido que pararme muchas veces? ¿Por qué? ¿Qué ha ocurrido? ¿He puesto en práctica una solución en la que no ha resultado nadie herido a nivel emocional? Se trataría de una especie de autorregistro del comportamiento, un diario de las emociones.
Después, podemos pedirle que nos lo enseñe para ir dándole feedback.


Pintar mi rabia:

Diles que imaginen una situación que les haga sentir mucha rabia y que descarguen esos sentimientos sobre el papel. Forra una pared con papel continuo y permite a tus hijos/as que expresen su emoción con trazos libres, no importa lo agitados que resulten. Si además acompañamos esa obra de arte con música clásica fomentaremos su creatividad y gusto por la música. La Obertura 1812 de Tchaikowsky puede ser excelente por lo "movida" que resulta.


Técnica de la tortuga:
El juego consiste en ayudar a nuestros hijos/as a que se relajen imitando la postura de una tortuga. Les deberemos explicar que, al igual que una tortuga se repliega en su caparazón, también ellos pueden hacerlo cuando se sientan enfadados, adoptando la misma postura con su cuerpo que una tortuga. De esta forma relajarán sus músculos y evitarán actuar de forma impulsiva, autocontrolándose.


Romper papel de periódico:
Rasgar, romper o arrugar papel de periódico, todo sirve. Proporciónale una hoja de periódico y dile que haga una bola con ella, que la arrugue fuerte y la tire al suelo con una clave verbal "¡fuera enfado!" o "¡vete rabia, no me gusta cómo me haces sentir!"
Pídele que lo repita varias veces con varias hojas. Después, permítele que observe el suelo lleno de bolas de papel arrugadas y pregúntale cómo se ha sentido.
El hecho de sacar fuera su enfado arrugando o rasgando el papel hará que se libere de su ira.


Juegos:
"Animales rabiosos" 
Es un juego de mesa para enseñar a los niños/as a expresar la rabia de forma positiva. Las tarjetas del juego reflejan situaciones susceptibles de provocar ira y enfado, y se presentan situaciones en las que el niño o la niña debe elegir entre diferentes alternativas para resolver la situación planteada. Los pequeños aprenden que la ira es una emoción natural y descubren una forma saludable de expresarla.
Cuentos:

No hay nada mejor que visualizar los momentos de rabieta en otros niños; y para ello nada como los cuentos. Os dejo algunos que os pueden servir, los primeros específicos sobre las rabietas y los dos últimos para el estudio de las emociones en general. 







Y aquí os enseño una foto para que veáis donde guardamos los libros de las emociones en la habitación de mi peque. Muy Montessori ;)

De este modo él mismo elige los libros que quiere leer en la camita cada noche y los tiene siempre a su alcance. (En realidad las estanterías son los especieros de cocina de Ikea :)



Por último, y no por ello menos importante, es necesario que todos los miembros de la familia se coordinen actuando del mismo modo con el niño o la niña. 

El establecimiento de rutinas con horarios fijos puede mitigar las rabietas, pero no hace falta obsesionarse con las mismas… nosotros al menos intentamos siempre seguir una rutina diaria, aunque no todos los días de la semana es posible mantenerla a raya… baño, cena en familia, cuento con un vaso de leche en la cama, y a dormir a una hora prudente.

A veces sucede que la vida no nos da para más y es inevitable dejar para mañana alguno de nuestros “imprescindibles”, como por ejemplo la lectura, ya que si no la hora de acostarse se prolongaría hasta tarde. 
Con ello quiero decir que debemos mantener unas rutinas diarias porque ello genera estabilidad en nuestros pequeños, aunque sin obsesionarse. 

Hay una rutina que seguimos a rajatabla con mi pequeño sin excepción alguna y es abrazarle, besarle y decirle todos los días lo felices y orgullosos que nos sentimos por el niño tan bueno, obediente, sensible y cariñoso que es, lo importante que es en nuestras vidas y lo grande que hace nuestros corazones. 
Esa es la rutina que NUNCA puede faltar en casa.

¿Os ha resultado útil?

Nos vemos en el próximo post!

Sed felices. 

“De qué sirve un niño que sepa colocar Neptuno en el Universo si no sabe dónde poner su tristeza o su rabia” 

José María Toro-

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estupendos!! gracias x compartir

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